La prostatitis consiste en la inflamación de la glándula prostática.

Es propia de pacientes de todas las edades, frecuente en gente joven y su sintomatología está definida por síntomas que traducen una irritación o congestión en la zona donde se encuentra ubicada la próstata, afectando a la vejiga, la uretra e incluso el recto por relación de vecindad.

Los pacientes presentan molestias no muy precisas, como sensación de peso en hipogastrio, (entre al ombligo y el pubis), dolores en ambas zonas inguinales y en el periné (región situada entre el escroto y el orificio anal).

Otras veces las molestias que predominan son las miccionales, como escozor o dolor al orinar, aumento de la frecuencia miccional tanto por al día como por la noche o rara vez hematuria que es la emisión de sangre con la orina.

Por último se pueden presentar síntomas que afectan a la esfera sexual como disminución del deseo, escozores con la eyaculación y a veces hemospermia, (emisión de sangre con el líquido seminal).

Esta enfermedad se diagnostica mediante la valoración de los síntomas expuestos, el análisis de orina que puede evidenciar o no infección, la ecografía urológica y el tacto rectal El tratamiento siempre en médico y se utilizan antibióticos, antiinflamatorios, relajantes musculares o anticongestivos prostáticos según el tipo de prostatitis que presente el paciente